viernes, 29 de junio de 2007

Reseña CDC, PJT Y CDN

Era una noche caliente de junio y para variar, iba a llegar tarde a la cita. Esta noche el cartel estaba de lujo: círculos de nada, viejos amigos abriendo el aquelarre, el pájaro jazz trío, lobos de mar de la escena local que generan siempre altas expectativas, y cabezas de cera, quizás la mejor banda mexicana en la actualidad.

Llegué y primero lo primero, me despaché una indio y me dispuse a entrar al antro a buscar a los cuates. Siempre la buena música se disfruta más cuando estas con buenos amigos.

Subieron al escenario los redonditos (que no los de ricota, si no los círculos) y sin mas asaltaron a los presentes con su siempre fresca mezcla de folclor local, regional y rock con pinceladas de pretensión en la ejecución. Esta banda, así como las dos que les seguirían, son de esas que hay que ver en vivo. Si, sus discos son buenos pero arriba del escenario se crecen hasta alturas poco vistas en bandas independientes. En lo personal, siempre me seduce la abundancia de guitarras acústicas siendo tocadas con intensidad y frenesí. Sus canciones, no se como es que pasa pero casi siempre me las se y las canto, autosorprendiéndome porque aunque me gustan sus discos, tengo que confesar que no los escucho con la frecuencia que quisiera.

Después llegó el pájaro y su banda de jazz rock. Y su pajarófono (no es albur ni nombre de algún instrumento de tortura autóctono, sino un instrumento inventado por el plumífero himself). Aunque los había visto un poco cuando tocaron con Il Balleto en el teatro Calderón, no estaba preparado para escuchar lo que mis frágiles y vírgenes (de donde tu?) oídos iban a presenciar. Con una instrumentación sumamente sencilla, el grupo navegó durante casi una hora por mares sónicos de todo tipo. Desde el avantgarde, pasando por el jazz (son “jazz trio” recuerdan?), el metal y terminando con el progresivo y post rock. El pájaro por su parte, estaba poseido por su pequeño instrumento tocado con un arco. Cual contorsionista de circo chino, se acuclillaba, se doblaba y se meneaba alrededor del pajarófono cual shaman baila alrededor de su deidad. No daba crédito. Solo me preguntaba “y cuando dijo que salía el disco”

Finalmente llegaba el turno del plato fuerte de la noche. Francisco, Ramsés y Mauricio subían una vez mas a un escenario regio a deleitarnos con su música. El plus de la noche: parte del concierto sería grabado para una pronta edición de un disco en vivo de la banda. Pues a gritar para poder ser inmortalizados en celuloide. Y muchos gritos hubo. Una a una fueron deshojando la margarita, tocando sus mejores (y además, difíciles) piezas durante un largo concierto. Ya estos señores, desde como se acomodan en el escenario, se nota la seguridad que sólo da el tocar para audiencias de todos los tamaños y las etnias: ya llegan de Europa y se van a Sudamérica. O a Japón. Que se yo, nada más que no se les olvide Monterrey y vuelvan pronto.

Ya no pude ver a mis brothers Paqui, Fido, Josma y Tury, pero estoy seguro que todos terminamos más que satisfecho con dicho festín. No fuimos los únicos además.

CHUY

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